Jesús se levantó y salió de la ciudad
para ir a orar a un lugar solitario (Mc 1,35)
.
Heme aquí, Señor, ante ti.
Vengo a este encuentro contigo
a hacer mi oración y pienso:
Qué fácil es la oración
si no la mueve un por qué,
si no se lleva una cruz
Vengo a este encuentro contigo
a hacer mi oración y pienso:
Qué fácil es la oración
si no la mueve un por qué,
si no se lleva una cruz
hueca y monótona es.
Vendré de servir a mi hermano,
de haber roto mis sueños vanos,
satisfecho cual siervo inútil
que sólo cumple con su deber.
Entonces tendré la fuerza
y el valor de enfrentar mis días,
me harás ver el sentido y la gloria
que encierran todas mis quejas.
Y de cada oración,
que prefiero llamar encuentro,
juntos haremos
el momento más esperado.
Vendré de servir a mi hermano,
de haber roto mis sueños vanos,
satisfecho cual siervo inútil
que sólo cumple con su deber.
Entonces tendré la fuerza
y el valor de enfrentar mis días,
me harás ver el sentido y la gloria
que encierran todas mis quejas.
Y de cada oración,
que prefiero llamar encuentro,
juntos haremos
el momento más esperado.